Bueno, no es una receta muy original, pero como en cada casa la preparan de una forma distinta, me dije, pues voy a enseñarles cómo hago las croquetas con las sobras del cocido. Cuando quiero hacerlas pongo más carne de la cuenta para que sobre (pollo, morcillo, jarrete, etc.) y claro, se aprovechaba al día siguiente.
Las cantidades para esta receta va un poco a ojo, pues nunca sobra la misma cantidad de cocido y nunca las he medido. Pero si os fiáis de mi y seguís las indicaciones, seguro que no os fallan.
Ingredientes:
• 350 gr de carne sobrante del cocido (pechuga o muslo de pollo, morcillo...)
• 1/2 vaso (de los de vino) de caldo del cocido
• 2 dientes de ajo
• 1/2 cebolla
• una ramita de perejil
• aceite de oliva virgen extra
• 1/2 litro de leche
• 3 cucharadas de harina
• una pizca de nuez moscada
• 1 cucharadita de maicena
• 2-3 huevos
• pan rallado
Elaboración:
En una sartén con aceite freímos la cebolla y los ajos cortados muy finamente. Cuando estén dorados le añadimos la carne del cocido desmenuzada y picada y un poco de nuez moscada; mezclamos bien todos los ingredientes, añadimos el perejil picado y reservamos.
Seguidamente hacemos una bechamel. En una cazuela o sartén amplia, con 5-6 cucharadas de aceite caliente echamos la cebolla muy picadita y sofreimos hasta que se dore. Añadimos tres cucharadas de harina y rehogamos, moviendo sin parar para que no se nos queme. A continuación añadimos le leche (reservaremos en un vaso dos dedos de leche que vamos a emplear después) y removemos bien comprobando que no se formen grumos.
Dejamos que hierva un poco, removiendo a menudo y añadimos la carne que teníamos reservada y también el caldo del cocido. Remover y dejar que siga hirviendo a fuego suave.
Mientras tanto, diluimos en la leche que hemos reservado una cucharadita de maicena, que iremos añadiendo poco a poco dándole el punto de espesor (si es preciso, añadir algo más de maicena).
Conseguido el espesor, con la consistencia que nos permita formar bien las croquetas, apartar, extender la masa sobre una fuente plana y amplia y dejar enfriar. El punto de espesor es que la masa se despegue de la sartén al removerla.
Es aconsejable tapar con film de cocina esta masa para que la capa superior no se quede custrida al enfriarse.
Una vez fría la masa, hacer las croquetas, pasar por huevo y pan rallado y freír en una sartén con aceite. Las que no vayamos a consumir, las congelamos.
Sugerencia: Yo, a veces, le pico y añado también un poco de jamón serrano.
Buen provecho.
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