Es un postre muy laborioso, pero de escasa dificultad; nos puede llevar hora y media, aproximadamente, en prepararlo. ¡Pero el resultado merece la pena!
Hay que degustarlo muy de tarde en tarde, ya que tiene un alto contenido calórico que podéis deducirlo con tan solo observar los ingredientes. Yo lo preparo dos o tres veces al año, sólo para celebraciones importantes.
Ingredientes:
Para la base:
• 5 sobaos pequeños
• 1/2 vaso de leche
• 2 cucharadas de azúcar
• 1 cucharada de licor
Para el merengue:
• 4 claras de huevo
• 200 gr. de azúcar
Para cocer el merengue:
• 3 vasos de leche hervida previamente con un palo de canela.
Para las natillas:
• 4 yemas de huevo
• 120 gr. de azúcar
• 1/2 de l. de leche
• 1/2 cucharada sopera de maicena
Para la decoración:
• 1/2 taza de chocolate a la taza
• canela en polvo
Elaboración:
Se cortan cuidadosamente los sobaos a lo largo, procurando que no se rompan, en capas de medio centímetro y se extienden en el plato o bandeja que vayamos a utilizar. Mezclamos la leche, el azúcar y el licor. Con esta mezcla calamos los sobaos esparciendo por encima con una cuchara sopera.
Seguidamente se cascan los huevos y se separan las claras de las yemas (reservamos la yemas para hacer más tarde las natillas); se montan las claras a punto de nieve con una varilla de batir (manual o eléctrica) y, cuando el merengue vaya tomando consistencia, añadimos poco a poco el azúcar, volviendo a montar hasta que el merengue quede bastante compacto.
Mientras tanto herviremos los 3 vasos de leche con un palo de canela y sin agregar azúcar. Una vez haya hervido, retiramos el palo de canela y dejamos templar. Ponemos a fuego suave esta leche hervida y vamos cociendo porciones del merengue (dos o tres cucharadas cada vez), dándoles la vuelta con una rasera. Cuando estén cocidas (lo sabremos porque coger un aspecto mucho más voluminoso y consistente) las sacamos y vamos colocando sobre los sobaos, apretando levemente para que quede una superficie algo lisa. Repetiremos esta operación sucesivamente hasta cocer todo el merengue. Hay que tener un poco de paciencia puesto que es un poco entretenido.
Para hacer las natillas batiremos en un bol las 4 yemas con los 120 gr. de azúcar. Una vez bien mezclados, añadir la maicena y seguir batiendo hasta obtener una pasta homogénea.
Pasamos por un colador la leche que nos ha sobrado de cocer el merengue y medimos 1/2 litro para hacer las natillas (si nos falta, la completamos con un poco más de leche sin cocer). La ponemos a calentar, sin azúcar, en una cacerola a fuego bajo para que no hierva. Una vez caliente, echar la mitad sobre el bol en el que hemos preparado la pasta de huevo, azúcar y maicena, y seguir batiendo hasta que se diluya la mezcla perfectamente. A continuación, añadiremos sobre la cacerola en la que estamos calentando la leche. Con la varilla de batir, moveremos suavemente, sin parar, hasta que espesen. Retiramos del fuego y esparcimos sobre el merengue.
Por último haremos un chocolate a la taza instantáneo y, sirviéndonos de una manga pastelera, decoraremos el plato. También podemos ponerle un poco de canela en polvo.
El secreto de este postre está en que los sobaos de la base estén bien calados de leche azucarada y licor.
El licor, que no hemos especificado en la receta, será al gusto. Va muy bien con coñac y con whisky (basta con una cucharada sopera).
Buen provecho.
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